Tarea 1: Selfie


Una selfie es un tipo de imagen digital - esto es, una representación en dos dimensiones de una imagen, a partir de una matriz numérica de píxeles - que nos realizamos a nosotros mismos, normalmente con un smartphone, para la cual se suele emplear la cámara interna del teléfono móvil. 

En esta sesión hemos aprendido qué son las selfies, qué consecuencias pueden tener el uso excesivo de las mismas, y a cómo realizarlas, editarlas y exportarlas en el formato deseado. 

Durante esta sesión, hemos sido llamados a realizarnos una selfie o autofoto, y a reducir sus píxeles mediante un programa de edición llamado Photoshop para así poder publicarlas sin riesgo a que éstas puedan ser robadas (a nadie le interesa una imagen con baja resolución). 

Las selfies o autofotos las solemos utilizar para identificar nuestra identidad en un espacio público (una ficha universitaria, las redes sociales...) pero normalmente se utilizan - especialmente por los jóvenes - de forma recreativa, sin un propósito concreto más que mostrar nuestra cara o rostro de una forma que nos parece bella o agradable. 

Sin embargo, hay algo de lo que hemos reflexionado en esta sesión, que son los llamados selfies de riesgo, y que han provocado numerosas muertes por las situaciones arriesgadas que conllevan. Esta práctica consiste en realizarse una autofoto en lugares arriesgados, ya sea por su difícil acceso, la elevación del mismo, la ausencia de barreras de seguridad...Esta práctica se popularizó especialmente en la década pasada, coincidiendo con el auge de las Redes Sociales y la popularización de ciertas personas conocidas como influencers, que acostumbraron a realizar estas arriesgadas prácticas, poniendo en riesgo su vida. La pregunta que adjunto para reflexionar es ¿verdaderamente merece la pena? ¿Por qué se popularizan este tipo de prácticas? 

Además, existe una relación, desde 2008 y la popularización de las Redes Sociales - donde abundan las autofotos y la autoimagen, ya sea de rostro o corporal - con el incremento de TCA - Trastornos de la Conducta Alimentaria - y el incremento de las cirugías plásticas en personas muy jóvenes. 

Esto tiene su explicación en las consecuencias para el cerebro humano - especialmente el infantil o adolescente - de estar exponiéndose físicamente ante muchas personas de forma siempre atractiva o bella, además de estar horas al día consumiendo ese tipo de contenido, que hace inevitable la comparación no objetiva. Y es que observar de forma constante a personas que aparecen representadas por estas imágenes como bellas y felices nos hace elaborar, de forma inconsciente, una visión distorsionada de lo que es la vida, y de lo que es la norma - cuando la mayoría de nosotros solo mostramos aquello que es bonito de nuestra vida, pero no mostramos todo -. 

Por estos motivos, la autofoto o selfie es un arma de doble filo, que debemos aprender a utilizar de forma adecuada, y a percibirla como lo que es; en mi opinión, una herramienta útil para la auto observación y el autoconocimiento de nuestro rostro, que cambia según múltiples factores (desde las horas de sueño y calidad de vida hasta la luz, la saturación y el ángulo) y que, como todo, debemos aprender a utilizarla de forma comedida, sin excedernos en estas prácticas para evitar caer en pensamientos abusivos y negativos para con nosotros mismos u otras personas. 


Bibliografía de interés:

Joly, M. (2003). La interpretación de la imagen: entre memoria, estereotipo y seducción. Barcelona: Paidós Comunicación.

Baigorri, L. (2021). Cuerpos Conectados. Arte, identidad y autorrepresentación en la sociedad transmedia. Dykinson.

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